miércoles, 3 de abril de 2024

1.277. Echo el cierre

Bien, este va a ser mi último post en esta tribuna, porque tengo intención de inaugurar el nuevo blog en un par de días. Y por descontado que no tengo la menor noticia de mis resultados de anatomía patológica, hoy hace nueve semanas de mi intervención y me dijeron que tardarían entre cuatro y seis. Este es un ejercicio de paciencia digno del santo Job, tal vez la semana que viene me acerque a la clínica Puerta de Hierro, pero no sé qué puedo hacer allí, salvo encadenarme a un poste de esos que indican por dónde se va a urgencias. En esta semana no tengo tiempo de hacerlo, porque ya saben ustedes que estoy atendiendo a Alain Sinou y sus 18 alumnos de máster. El lunes lo llevé a comer al Ricla con mis amigos y luego dimos un largo paseo por el Madrid de los Austrias hasta que llegamos a su hotel ya anocheciendo, donde le dejé y me fui a descansar.

El martes, la visita a Madrid Río, que yo había previsto de cuatro horas, se alargó hasta siete: de 10.00 a 17.00, incluyendo una parada intermedia en el parque para tomar un tentempié. Tuve un rato para descansar en mi casa, pero a las 21.00 teníamos mesa en La Cabaña Argentina, que se anuncia como la mejor carne de Madrid. Había llevado a Alain en una de sus visitas anteriores y me pidió volver. Compartimos una ración de mollejas de ternera y luego nos calzamos 300 gr cada uno de lomo alto, que está sensacional. Todo ello regado con una botella de Rioja Crianza, de la que dimos cuenta completa.

Esta mañana nos hemos constituido a las 9.00 en la puerta del Área de Obras del Ayuntamiento, Alcalá 45, donde nos hemos encontrado con José Luis Sanz, el responsable de todas las pequeñas obras que se van haciendo en las plazas del centro histórico, que nos ha acompañado a visitar algunas de ellas terminadas, finalizando la visita en la de Olavide, cuyas obras se espera que terminen a finales de mayo. Para los chicos ha sido muy interesante comparar las actuaciones de pequeña escala de hoy con la gran obra civil de Madrid Río que recorrimos ayer. En torno a las 12.00, los de Obras se han marchado y Alain les ha dado instrucciones a los chavales para que vayan a visitar una serie de otras plazas, como Jacinto Benavente o Tirso de Molina, para que aporten soluciones, en un ejercicio práctico contemplado en el programa de su viaje.

Después hemos tomado algo en la propia plaza de Olavide y he acompañado a Alain caminando hasta el Reina Sofía, que quería visitar. Yo me he subido a casa a descansar y esta noche volveremos a quedar a cenar, tal vez en las Bodegas Rosell. Mañana tenemos a primera hora la visita a la Plaza de España, con el arquitecto autor del proyecto ejecutado, a quien mi amiga África llama siempre Don Porras y así se le va a llamar a partir de ahora en el blog. Del resto del programa del día no tengo mucha información, espero que me dejen tranquilo hasta la noche. Por último, el viernes cuentan conmigo para la reunión de cierre de la actividad en la que conversaremos sobre las conclusiones que hayan sacado. Creo que tendré que comer con ellos, antes de que se vayan a Barajas a coger el avión a París. Y por la noche tengo teatro, como ya les anuncié.

Y afrontaré entonces mis ocho días de preparación del viaje, en los que tengo que hacer el equipaje, recolectar todas las medicinas que me faltan, hacerme el seguro de viaje, solicitar los visados y todas las demás cosas. No voy a tener ya yoga ni inglés ni guitarra, pero sí tengo algunas citas fijadas. El lunes por la mañana me esperan en la gestoría que suele ayudarme con la Declaración de Hacienda, para la que ya tengo todos los datos que me faltaban. Después he de llevar a Tarick Marcelino al veterinario para una revisión de rutina antes del verano. Por la tarde tengo una reunión de la Comunidad de Propietarios de mi casa a la que no puedo faltar. Y tal vez el martes por la mañana me vaya a vociferar a la puerta de Puerta de Hierro, valga la redundancia o la gilipollez, porque no me va a servir para nada.

Y, en la medida de mi disponibilidad de tiempo, no descarto ir el jueves a yoga para despedirme de Esther, mi profesora preferida a la que no he visto desde antes de Semana Santa. Y por supuesto cenar luego en el Ricla para decirles adiós a mis amigos, el tocayo y su hermano. Pero si voy muy retrasado en la preparación del viaje, no podré ir. El sábado he de llevar a Tarick a casa de África, sacar la tarjeta de embarque y seguramente muchos otros flecos. Mi vuelo sale el domingo a las 9 de la mañana. Les diré también que los tres hoteles que reservé con cancelación gratuita ya han cumplido el plazo y me los han cobrado, así que la primera parte del viaje la voy a hacer seguro y espero no tener que volverme con el rabo entre las piernas. Con perdón por lo del rabo.

Una cosa quiero comentarles. Sobre el tema del seguro de viaje, por si les sirve de aprendizaje. Como les conté yo tengo una tarjeta de Adeslas, por la que voy pagando cada mes y fui a la sede de la compañía para preguntar por mis coberturas. Me explicaron que, con la simple tarjeta, yo tengo ya un seguro que me cubre gastos por valor de 12.000€, durante tres meses de viaje. Debía, pues, hacerme un seguro complementario que me cubriera otras cosas y se pudiera extender a cuatro meses, que es el máximo que imagino para mi viaje. Y ellos me dijeron que, por ser titular de la tarjeta, me ofrecían uno muy ventajoso. Costaba 283€ y me cubría gastos totales por valor de 50.000€, acumulables a los otros 12.000, además de cubrirme robos, perdidas de equipaje, retrasos en los vuelos, repatriación con un médico en caso de problema grave de salud y toda clase de incidencias.

Consulté con varios amigos viajeros y médicos y me dijeron que les parecía muy bien. Y estaba yo tan contento con el tema, para el que sólo tenía que volver a la sede de Adeslas a formalizar el contrato, del que me habían imprimido un borrador. Hasta que me telefoneó mi amiga M. que trabaja en seguros y me calentó la cabeza con sus paranoias de persona del gremio. Me aconsejó hacerme un seguro de la IATI, una asociación de aseguradores de viajes, que cuesta 450€ y te cubre gastos por valor de 400.000. Le dije que yo con 62.000 creo tener bastante para cualquier incidencia que pueda sufrir. Y me replicó que se me olvidaba una posibilidad que existe. Que tenga un accidente o enfermedad grave que desaconseje el traslado a España hasta que no mejore. Eso me obligaría a quedarme ingresado en un hospital. Si eso te sucede en USA, con 62.000€ tienes apenas para cuatro días. Y al quinto te sacan en camilla a la calle y te dejan caer entre los cubos de basura.

A mí me pareció una paranoia excesiva; creo que no se pueden prever todas las contingencias posibles, porque si no, no saldríamos a la calle, por si nos cae un tiesto desde un balcón. Aún así, decidí consultar el tema con mi hijo y gurú más destacado, Kike, que tras estudiarse ambos contratos me dijo que no dudase en hacerme el de IATI, que por 150€ más me da una cobertura prácticamente total. Y eso es lo que vamos a hacer. Hablo en plural, porque este seguro se contrata por Internet y le he pedido a Kike que me lo haga él, que luego le giro yo el dinero. Ya ven cuántas implicaciones tiene un viaje como el que voy a iniciar. Yo soy una persona confiada en mi suerte, nunca he tenido grandes percances en viaje y me cuesta pensar con esa mentalidad preventiva de los que me rodean. Pero para eso están los demás, para pedirles consejo y hacerles caso.

Por lo demás, este va a ser mi último post por ahora en Reflexiones a la Carrera. Ha sido un placer compartir mis historias y mis reflexiones con ustedes y muy posiblemente lo reanude después de mi viaje fastuoso. Las despedidas, cuanto más cortas mejor, así que hoy no les añado ninguna foto, vídeo ni enlace a noticias. Sigan portándose bien y, los que estén incluidos en el mailing de mi nuevo blog, que disfruten de ello. Hasta siempre, amigos.  

domingo, 31 de marzo de 2024

1.276. Menudo susto que les di

Bueno, mis disculpas; a más de uno de ustedes, queridos seguidores, les dio un vuelco el corazón cuando leyeron el título de mi post anterior, hasta que entraron a leerlo y se dieron cuenta de lo que yo quería decir. Estarán conmigo en que este blog necesitaba un pequeño revolcón, porque nos estábamos adocenando y cayendo en el aburrimiento, como les sucede a menudo a las parejas. Yo no podía seguir indefinidamente contando que me fui al yoga y me tomé unos judiones en el Ricla al salir. Cierto que, de vez en cuando, sucedían cosas curiosas, como que me fuera a Jaén a encontrarme con unos coreanos, o que me viera envuelto en una manifestación en Londres sosteniendo una pancarta de protesta. Pero las cuestiones generales que yo les quería contar y que me servían para rellenar esos vacíos, ya más o menos las he contado todas. Así que les reitero mis disculpas.

Se creían ustedes que ya se iban a librar de mí y de mis fantaseos, pero no va a ser así. Todavía me queda cuerda. Tampoco se van a librar de Samantha Fish, que tendrá un papel estelar en mi nuevo blog, igual que el bueno de Tarick Marcelino Martínez. Respecto a Samantha, quiero anunciarles algo. El próximo 25 de abril empieza en Nueva Orleans el Festival de Jazz que organiza la New Orleans Jazz and Heritage Foundation y que contará con conciertos nocturnos cada día, además de algunos en sesión vermú, más la presencia continua de músicos callejeros a todas horas como cada año. Atención al cartel del jueves 2 de mayo. A las doce de la noche, abrirá el evento Samantha Fish. A continuación, actuará el prestigioso grupo local Dumpstafunk. Y cerrará la noche la actuación estelar de todo el festival: The Rolling Stones.

Los Stones ya fueron invitados hace un par de años, pero cancelaron por la pandemia. Este año han confirmado su participación. Y yo tengo un sueño. Un sueño que ya he previsualizado: que al final del concierto, los Stones hagan subir a Sam a tocar con ellos un par de temas. No sé si sucederá pero, como ese momento llegue, la carrera de Samantha habrá dado el paso definitivo el estrellato. Veremos qué pasa. Si el viejo Keith no ha perdido facultades seguro que la invita. Por ejemplo, el que ha perdido muchas facultades es Eric Clapton, que en el último Crossroadas de LA, la invitó a participar, pero la relegó al escenario secundario al aire libre. Aunque ande por ahí de viaje, estaré atento a este evento, lo mismo que estaré atento a la deriva del Deportivo de la Coruña: el masculino tiene bastante cerca subir a Segunda, y el femenino volver a Primera. De momento, vean el cartel del NO Jazz Fest.

El viaje que les he anunciado tiene tal cantidad de asuntos a los que he de atender, que apenas me queda tiempo para otras cosas. Por ejemplo, he tenido que comprar alguna ropa y zapatos de cara a tener un equipaje pequeño, como pretendo. Tengo que prepararme un botiquín en condiciones, incluyendo un antimosquitos potente, un antibiótico de amplio espectro, antihistamínico y una inyección de eparina para pinchármela en la tripa antes del vuelo más largo que voy a tener. También he de prevenir la diarrea del turista, para lo cual me llevaré Fortasek, que no te cura pero es como si te pusieran un tapón en el culo, más un soluble de probióticos para la adecuada regeneración posterior de la flora y fauna intestinal.

He de tener también algo para prevenir el jet lag. Que va a ser importante, puesto que voy a viajar todo el tiempo en el sentido contrario a la rotación de la Tierra. Mi experiencia me dice que, cuando he viajado a Sri Lanka, Myanmar o Japón, el jet lag lo sufría allí, al llegar. A la vuelta me adaptaba rápido. En cambio cuando he viajado a USA, México, Colombia o Chile, allí apenas tenía problemas, pero el jet lag de vuelta en Madrid me duraba varios días sin poder dormir adecuadamente. Para eso, me he provisto ya de un somnífero potente, que me ayude a coordinar los horarios. En estos últimos tiempos estaba usando melatonina, acompañada de cuatro gotas de CBD, el extracto de cannabis que se vende por aquí legalmente. Pero entrar en lugares como Malasia o Tailandia con un par de frascos de CBD es una imprudencia: lo más normal es que te metan al trullo a compartir celda con descuartizadores y similares.

He de sacar también visados para varios países (ya  se han dado cuenta de que no quiero revelarles mi ruta, que se irá desvelando a toro pasado en el nuevo blog). Y debo dejar hecha la declaración de Hacienda, que es otro coñazo. Teniendo en cuenta que me voy el día 14 y que hasta este próximo día 3 no van a estar a disposición de los contribuyentes los correspondientes borradores, pues tengo el tiempo bastante tasado y justo en la semana previa al viaje, en la que voy a estar más histérico. He de hacerme un seguro de viaje amplio, para lo que todavía tengo dudas entre un par de propuestas.

En cualquier caso, esta tarde ha llegado de París mi amigo Alain Sinou y ya se acabó la tranquilidad para mí. Nuestro programa es el siguiente. Esta noche, aprovechando que la lluvia se ha detenido, hemos quedado en la Plaza de Santa Ana para tomar unas cervezas con algo de picar. Mañana lunes le invitaré a comer en el Ricla, donde tenemos mesa reservada. Por la tarde vienen sus alumnos, que creo que son 18 y que dedicarán el tiempo a tomar posesión de su habitación en el albergue que tienen reservado y tal vez darse una vuelta por el centro. El martes quedaremos en Príncipe Pío para que yo les guíe en una visita de cuatro horas al Madrid Río, que finalizaremos en una comida en el bar del Matadero.

El miércoles, hemos quedado temprano a la puerta del Área de Obras del Ayuntamiento, Alcalá 45, para que un par de colegas míos de dicha área les cuenten los proyectos que están haciendo o que ya están acabados, rematada por un paseo por determinadas zonas, como las Salesas y la plaza de Olavide, en donde la obra se está acabando estos días. El jueves estaremos temprano en la Plaza de España para que el arquitecto autor del proyecto, Fernando Porras, les explique los detalles de la obra ejecutada en ese lugar. Tanto en la tarde del miércoles como en la del jueves, Alain les ha programado una serie de actividades en las que yo no pinto mucho, dedicando un día a ver el Museo Reina Sofía y el otro a estudiar una plaza concreta para proponer soluciones sobre ella.

Por último, el viernes por la mañana, habrá una reunión final para poner negro sobre blanco las conclusiones de este viaje de estudios. Supongo que me tocará comer con ellos una vez más. Luego, se van todos en el avión por la tarde. Y yo tengo entradas de teatro a las siete para ver la obra de Juan Mayorga La Colección, con José Sacristán, una actividad muy apetecible. A partir del sábado, dispondré de ocho días completos para ocuparme de todos los flecos de mi nueva aventura, para la que partiré en un vuelo tempranero el domingo día 14, a un destino que no creo haberles revelado, dentro de las nuevas coordenadas de mi blog. Lo que sí les digo es que ya me he despedido de muchas de mis actividades regladas, para las que no voy a pagar el mes de abril.

Por ejemplo, el martes 18 de marzo me despedí de mi club de lectura Billar de Letras hasta el próximo mes de septiembre. Esta semana desde mi último post escrito el domingo 24 de marzo, ya he ido cerrando una serie de temas. El lunes no tuve yoga porque era luna nueva. El martes tuve mi penúltima clase de inglés on line y a mediodía quedé con un par de colegas arquitectos que también querían despedirse de mí. El miércoles subí a comer al Ricla, para atar los términos de mi comida allí mañana con Alain. Por la tarde ya no había clase de guitarra por la Semana Santa, me había despedido de mis colegas el miércoles anterior. El jueves tuve mi última clase de inglés en la que me despedí de Ed y los demás alumnos. Tampoco había yoga, esta vez por ser Jueves Santo.

El Viernes Santo estuve en casa. Qué mejor ocupación mientras afuera diluviaba y el klu-klux-klan paseaba arriba y abajo por nuestras ciudades, En realidad estuve cocinando un potaje para invitar al día siguiente a comer en mi casa a unos buenos amigos a los que hacía mucho que no veía. Ayer sábado, me levanté con tiempo para afeitarme, ducharme y caminar hasta la academia de yoga para mi última clase de la temporada, salvo que cambie de opinión. Luego me tomé la correspondiente torrija de desayuno en La Casa de la Torrijas y volví a casa a terminar de preparar la comida. Les he de confesar que antes pasé por unos chinos a comprar algunas copas de vino, porque no tenía bastantes para los seis que íbamos a ser a comer. Por lo demás, la comida fue un éxito, acabamos a las siete moderadamente borrachos y, cuando se fueron todos me conecté a seguir el partido del Dépor, que volvió a ganar.

Hoy he empezado a escribir este post por la mañana, pero lo he tenido que dejar, porque me han llamado mis amigos músicos de Palomeras, Henry Guitar y Críspulo, para tomar unas copas en el Bada Bing, ya cerca de la M-40. Estaba un poco descolocado con esto del cambio de horario, pero me he vestido, he bajado a coger el Metro y me he acercado hasta allí. Por la tarde, después de comerme el resto de potaje que me sobró de ayer y echarme una buena siesta, he seguido por la tele el partido del Dépor femenino, que no ha podido ganar. Una pena, porque ya se podía haber garantizado el ascenso a Primera. Pero aún tiene ventaja. Acabado el partido, he caminado hasta la plaza de Santa Ana, en donde había quedado con mi amigo Alain Sinou. Nos hemos tomado unas cuantas cervezas con las correspondientes raciones y luego lo he acompañado hasta la puerta de su hotel y he cogido el Metro para volver, porque hacía frío y yo quería venir a terminar el post que tenía pendiente desde la mañana. Continuará, sean buenos.

domingo, 24 de marzo de 2024

1.275. Voy a cerrar el blog

¡¡¡HALAAA!!! No lo hagas, piénsatelo, con lo bien que nos lo pasamos todos leyéndote. Tranquilos. Tengo una solución que va a compensar de sobra su pérdida. En realidad, lo que voy a hacer es suspenderlo por un tiempo, mientras afronto otro proyecto, del que les voy a ir dando cuenta. Hace tiempo que vengo observando una cierta tendencia decadente en esta tribuna, en la que cada vez escribo menos, cada vez me parece más aburrido, monótono y repetitivo lo que publico y, de una manera natural e inevitable, cada vez tengo menos visitas. De verdad, ¿creen ustedes que tiene algún interés que les siga contando mi vida de jubilado, del inglés al yoga, del yoga a la guitarra, del Ricla al bacalao de la Revuelta, todo ello salpicado con algunos viajes no demasiado espectaculares últimamente? Yo creo que no.

Este blog cumplió su cometido; durante casi doce años me ha permitido expresarme y que ustedes me conozcan mejor y a la vez tengo la sensación de haber creado en torno a mí un pequeño club de seguidores muy fieles, que el año pasado sufrió la pérdida de dos de los más queridos, y algunos otros que no les he contado para no agobiarles en exceso. La situación política nacional e internacional es penosa y está llena de negros augurios, lo que deja más fuera de lugar una tribuna optimista como esta. Muy bien, yo podría mantener esta línea indefinidamente, aburriéndoles con confidencias del tipo: me empezó a picar el culo y me tuve que parar a rascármelo (con perdón). Pero las cosas cambian, el tiempo es un tren que no se detiene y yo creo llegada la hora de dar un volantazo.

Es lo mismo que ha pensado mi admirada Samantha Fish que, tras más de un año de compartir escenarios, discos, composiciones y proyecto vital con Jess Dayton, ha decidido que sus carreras se separen. Ya les he contado que a mí me gustaba más la música que hacía con su formación anterior, con Sarah Tomek a la batería y Matt Wade a los teclados. Con ese grupo yo la he visto en tres conciertos: Cazorla, Jerez de la Frontera y Bruselas. Y les juro que fueron extraordinarios, especialmente el de Jerez. Después, la he visto con Jess en París y en Bexhill (Gran Bretaña). Buenos shows, pero no comparables con los otros tres. Jess Dayton tiene 58 años y está de vuelta en una carrera en la que ha acompañado a Willy Nelson, Kris Kristofferson, Lucinda Williams y otras celebridades del country, además de acercarse al mundo del punk con un grupo bastante canalla.

Durante su carrera, tocó una vez en el Knuckleheads Saloon de Kansas City y una por entonces adolescente Samantha, que servía pizzas en el lugar, se llevó su guitarra ese día y estuvieron un rato improvisando temas juntos después del concierto. Siglos después, Sam descubrió que pertenecía a su misma compañía discográfica, lo fue a buscar y le propuso unir sus grupos. O sea, que al tipo, que estaba en plena decadencia musical y vital, se le abrieron los cielos. Desde entonces han grabado un disco y lo han promocionado por todo el mundo. Tanto en París como en Bexhill estuve charlando con ellos y me pareció que Jess era un tipo estupendo, además de un gran guitarrista. No sé lo que va a hacer ahora Sam, esta chica es imprevisible, pero Jess ya ha anunciado que comienza una gira en solitario por los USA, que interrumpirá brevemente para acompañar a Sam a Australia, para una serie de bolos que tenían contratados de antes.

De este tiempo que ahora termina, se lleva muchas cosas, desde un número uno en el Billboard hasta una nominación a los Grammys con la que nunca había soñado, más el trato cotidiano con Samantha, que debe de ser una gozada. En el anuncio de su gira en solitario, incluye un mensaje que aclara mucho la relación de respeto entre ambos. El último concierto que dieron juntos tuvo lugar en Nueva York. Con ese motivo, fueron a hacerse una foto ante el mural de homenaje a Joe Strummer, un lugar de peregrinación de los rockeros que visitan la ciudad, cuya historia se contó en el blog. Es la foto que ven abajo, seguida del mensaje de marras, que me he entretenido en traducir para ustedes.


Presentando nuestros respetos en el mural Joe Strummer en Nueva York. Después de 14 meses de escribir, grabar, filmar y viajar por el mundo, todo ha llegado a un pseudo-final en el Beacon Theatre (aunque todavía tenemos una gira por Australia en mayo). Después de tocar y trabajar con leyendas de todos los géneros, desde rock hasta country, folk y blues, es esta guitarrista Samantha Fish quien ha tenido un efecto más profundo en mi vida. Su mayor activo no es su talento, su belleza o su sentido del humor, sino lo mucho que se preocupa por la gente. Innumerables veces la he visto exhausta y con un jet-lag brutal, esperando en el calor, en el frío o en la lluvia para dedicarle un buen rato al último fan en la fila después del espectáculo. El único músico al que he visto hacer eso de forma constante fue Willie Nelson, cuando hice de telonero de sus shows. Así que la moraleja, al menos para mí, es que la vida es corta. Arriésgate y trabaja con tus amigos, incluso cuando los detractores van a lo seguro y te advierten que no lo hagas. Oye, quién sabe, ¿podrías conseguir un disco número uno en Billboard y una nominación al Grammy? Pero lo más importante es trabajar con alguien que me ha inspirado a ser mejor y a quien extrañaré cuando no esté trabajando con ella. Vale, lanzaré un nuevo disco en solitario a finales de mayo, así que es hora de empezar los ensayos para mi gira con la banda en solitario en abril. Saludos.

Muy emotivo, como ven. Esa emotividad se desbordaba en sus actuaciones en directo. Yo les vi en Bexhill acompañado de mi hijo Lucas y su chica, que se quedaron bastante impresionados. El disco que grabaron hace ya un año es muy particular, Jess Dayton impone mucho su rollo rockero y punk, pero hay algunas baladas de Sam realmente preciosas, como la que les voy a pedir que oigan. Habla de una ruptura amorosa y ella le dice al chico No apologies, es decir, nada de disculpas. Por favor, cero disculpas, no quiero ser tu enemigo ni nada parecido. Sam deja el peso de la guitarra a Jess y se lanza a una interpretación vocal llena de matices, en la que se vacía y acaba tan emocionada, que su compañero le agarra el brazo como para darle ánimos. Pongan la pantalla grande y el volumen al máximo. Merece la pena.

Menuda explosión de emociones. Así que ya lo saben. Las cosas empiezan y se terminan y en el momento de la ruptura es importante intentar no hacerse daño ni convertirse en enemigos, como pide Sam. Pero volvamos a las explicaciones pertinentes. Habrán notado que en estos últimos tiempos cada vez escribía menos y estaba como un poco desganado. Esto de los blogs es como el amor: no le ponía atención a Reflexiones a la carrera, porque ya tenía en mente un nuevo blog. Un blog que se va a llamar The Road Runner Trip, es decir, el viaje del Correcaminos. Porque eso es lo que me dispongo a emprender: un viaje de vuelta al mundo. Es una vieja idea que tenía cuando todavía trabajaba: en cuanto me jubile, me voy a visitar a todos mis contactos internacionales. Pero ese momento llegó en plena pandemia y hube de suspenderlo.

Además, mi plan pasaba por visitar a algunas personas en Francia, Holanda y Alemania, antes de acudir a San Petersburgo a ver a mi amiga Svetlana, y saltar luego a Pekín, en donde tenía el contacto de la guía que nos atendió cuando paramos allí en 2017, camino de Birmania. Comenzada la guerra de Ucrania, a Svetlana le han cortado todas las redes y contactos con occidente, yo ya no me puedo comunicar con ella y además, en este momento me da miedo ir a Rusia, porque, como me comentaron los estonios que recibí el año pasado, puede que te dejen entrar, pero lo difícil es salir. Y en cuanto a la chica de Pekín, resulta que ha conseguido salir a USA con una visa de estudios y ya se ha quedado. Así que el camino para llegar a Seúl y Tokio donde tengo buenos amigos, estaba cerrado.

Realmente, casi había descartado el plan, hasta mi penúltimo viaje a París, en mayo, para ver a Samantha en el Bataclan. Mi hijo Kike me volvió a despertar el gusanillo. Kike, ya saben que no es de mucho hablar, pero lo que dice es de una precisión milimétrica. Y esto es lo que me dijo. Papá, lo primero que tienes que hacer es decidir si lo quieres hacer o no. Si es que sí, hazlo cuanto antes; si lo vas dejando, se te quitarán las ganas o las energías. Pensé que sí lo quería hacer, pero empecé a poner excusas (o apologies). 1.- Es que el camino que tenía previsto está cortado. Respuesta: no pasa nada, puedes ir por Italia, saltar a Estambul y la India y llegar a Seúl/Tokio por ahí. 2.- Es que hay muchas ciudades por esa ruta en las que no conozco a nadie. Respuesta: no hace falta que conozcas a alguien en TODAS las ciudades que visites; tal como te mueves tú por el medio urbano puedes parar en cualquier ciudad que te interese ver. 3.- Es que me voy a gastar un pastal. Respuesta: ¿Y qué quieres, ser el más rico del cementerio?

Como ven, no me quedaban muchas más excusas. Pero este plan es algo de un tamaño descomunal y lo primero que hay que hacer es prepararse mentalmente. Esto es como un maratón. Cuando yo corría maratones, en especial el de Madrid que es a finales de abril, yo tomaba la decisión al final del verano anterior y me pasaba cuatro meses preparándome psicológicamente. Únicamente después de navidad es cuando empezaba a intensificar el entrenamiento. Pues esto ha sido así. En Navidad, tomada la decisión, empecé a preparar cosas para este viaje. Por eso se me notaba un cierto desinterés por el blog, como se le nota al marido infiel, que no sabe cómo salir de la situación en la que se ha metido.

Porque el primer plan era haber salido en febrero, después de mi cumpleaños, pero aquí surgió Alain Sinou con su invitación a dar mi última clase en su máster de la París-8 (ya les he dicho que se jubila en junio) y la visita a Madrid con sus alumnos en la primera semana de abril. Así que no puedo emprender viaje hasta después de eso. Y una segunda interferencia: mis problemas con la Brigada Precrimen Dermatológica que, por cierto, todavía no me ha hecho llegar los resultados de la anatomía patológica, casi dos meses después de mi intervención. Mientras no tuviera ese resultado, no quería comprar ningún billete de avión ni reservar ningún hotel. Ni, por supuesto, decir nada en el blog, que ya saben que trae mala suerte. Pero el tiempo se me iba echando encima, porque no me quiero meter mucho en el verano, tiempo en el que la gente se va de vacaciones y no es momento de visitarlos.

Ante una situación que se iba estrangulando, recurrí a mi gurú Kike que, como siempre, me ofreció una solución prudente. Siguiendo su consejo y dado que pretendo iniciar mi gira visitando tres ciudades italianas, me he sacado un primer billete de avión y he reservado hoteles en las tres, con cancelación gratuita. Yo creo que la parte italiana del viaje la haré en todo caso. Si para entonces me llegan malas noticias y me tengo que volver, pues nada, mala suerte. Pero los augurios son en general positivos. Me dicen los médicos que los cirujanos mandan a analizar lo extraído por tres posibles vías: la de urgencia, la preferente (de pronóstico intermedio) y la ordinaria. No tengo dudas de que en mi caso han optado por la ordinaria. Así que paciencia. Pero, una vez que ya tengo un vuelo y tres hoteles (en Italia me moveré en trenes, que hay cada media hora), ya lo puedo contar en el blog y eso es lo que estoy haciendo.

Pero este plan mío no es sólo un proyecto vital, filosófico o existencial, que también, sino una iniciativa esencialmente literaria. Así pues, saldré de Madrid el 14 de abril, domingo, y ya estoy preparando el nuevo blog, que inauguraré seguramente el 6 de dicho mes. Porque es cierto que esto de Reflexiones a la carrera había entrado un poco en bucle y cada vez me visitaba menos gente. Es momento también de refrescar el mailing con el que les aviso de cada nueva publicación o post. En ese mailing había últimamente 32 direcciones de correo. Pues voy a suprimir 10, de gente que me consta que no me leen nunca. Con los otros 22 y más de 30 nuevos iniciaré esta tribuna diferente, que tiene fecha de caducidad: cuando se acabe el viaje, la cierro. Tal vez regrese luego a mis reflexiones a la carrera, aunque no se lo aseguro al 100%. Con 50 o 60 visitas a cada nuevo post, este será también un blog zombie, pero mantengo mi veto a asociarlo a una cuenta de Twitter, para tener miles de visitas. Cuanto más amplías la audiencia, más posibilidades hay de que te entren energúmenos, haters, trolls y similares. Quita, quita.

En estos casi doce años de blogger he aprendido muchas cosas y voy a tratar de aplicarlas en el nuevo producto. Por ejemplo, no voy a incluir etiquetas por temas, que creo que casi ninguno de mis lectores habituales utiliza. Esto, hace doce años era una modernidad, pero lo cierto es que no es de mucha utilidad. Tampoco voy a informar anticipadamente de mis planes y propósitos, para que los lectores se vayan llevando sorpresas. Por ejemplo, yo les explique lo que iba a hacer con los coreanos en Jaén y luego, a toro pasado, se lo conté otra vez. Esto es un rollo. Mi plan es visitar muchas ciudades, pero no pasar en cada lugar más de cinco días, por aquello de que el huésped y la pesca al tercer día apestan. No quiero dar el coñazo a mis amigos y contactos. Y me gustaría dedicar un post a cada ciudad visitada, lo que es un reto para mí, que no me caracterizo por mi capacidad de síntesis. Veremos. Y, ya que les he citado a los coreanos, aquí tienen unas fotos que me han mandado desde su tierra.



En la última, de izquierda a derecha pueden ver a la encantadora Mía Li, los dos becarios, el ex-alcalde de Jaén con jersey azul, el bueno de Woo Chung, mi amigo Santi y el Menda flanqueado por dos pesos pesados del grupo socialista jienense. Abajo una foto más, de nuestra comida en el restaurante. Falta uno de los becarios que fue el que tomó la foto.

Por cierto, mi amigo Woo me envió estas fotos por Whatsapp y después añadió un mensaje que no entendí: Olvidé comentarle que la señorita Sa me dio recuerdos muy cariñosos para usted. Le contesté diciendo que si no se habría equivocado en el destinatario. Me dijo que no, que la señorita Sa trabaja con él, le había acompañado en el viaje a Madrid de 2017 y guardaba un recuerdo imborrable de mí. Entonces me acordé y le pedí disculpas. Y recurrí a mis entradas de blog de 2017. Allí estaba yo con la señorita Sa Ji-won, una mujer guapísmia con la que conecté muy bien. No la había olvidado a ella, sólo su nombre. Y me dijo Woo que acaba de tener un niño. Aquí tienen la foto que nos hicimos en 2017, en un puente de Madrid Río.

Ese gesto que hacen las mujeres coreanas representa un corazón, un mensaje difícil de olvidar. Por lo demás yo estaba mucho más joven que ahora, aunque llevaba gafas porque aún no me había operado de cataratas. El tiempo pasa inexorablemente. Pero, volviendo al presente, esto de los coreanos lo he contado en tres posts. Con el criterio adoptado para el nuevo blog, lo habría contado una sola vez, a toro pasado. Dijo Voltaire que el secreto para ser un pesado consiste en contarlo todo. Pues imaginen si se lo cuentan tres veces. La escapada a Jaén, con todo, es de las peripecias más interesantes del blog en este año, junto con el viaje a París. El resto, un plomo.

Lo que pasa es que la preparación del viaje ocupaba todo mi tiempo y eso no se lo podía contar en el blog. Como les digo, en resumidas cuentas, voy a suspender cautelarmente este blog (como hacen ciertos jueces) y mi plan es presentar el nuevo el 6 de abril, después de que se vayan los franceses. Mientras tanto, les iré detallando los diferentes matices que tiene la preparación de un viaje como el que voy a emprender, además de mis andanzas cotidianas, como hasta ahora. Así que, como de costumbre, sean buenos.